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Mi Historia de Amor con la IA

Últimamente todo el mundo habla de inteligencia artificial y todo el mundo tiene una opinión al respecto. Y tiene sentido. Desde la aparición de ChatGPT nuestra forma de interactuar con las máquinas está cambiando, y no ayuda que todas las empresas quieran usar IA para todo.

Como programador el uso de LLMs (del inglés Large Language Models, nombre de esta familia de IAs) es algo que me afecta directamente. Todas las empresas quieren programadores que sepan usar herramientas de IA y también quieren desarrollar con IA. Es estresante.

Cuando salió ChatGPT estaba maravillado, pero veía las limitaciones que el modelo 3.5 tenía. Luego lanzaron GitHub Copilot y decidí participar en la beta y luego pagar un año por usarla. A medida que usaba más estás herramientas más sentía que algo sacaban de mí. Y un día, todavía teniendo la suscripción activa decidí desactivarlo y me sentí la persona más estúpida del mundo. Me di cuenta que Copilot en vez de hacerme más rápido me estaba haciendo más tonto. Desde ese día decidí no usar más IA para escribir código por mí, solamente la usaba como un Google más poderoso y más hablador.

Mi aversión por las IAs escribiendo código llegó a un punto en el que el día que un ingeniero senior estaba presentando Cursor y mi “aporte” a la demo fue “este error que resolvió la IA no lo resolvió en realidad”. Fue algo supremamente arrogante e insufrible pero me preocupaba que mi trabajo se llenara de gente dejando que un LLM escribiera su código y lo aceptara sin cuestionarlo.

Las cosas cambiaron hace unos meses cuando un amigo a quién realmente admiro como ingeniero me dijo que estaba usando estas herramientas y que se estaba sintiendo más productivo. Claro, mi opinión no cambió solamente porque él me dijera esto. Fueron varias semanas en las que él estaba tratando de mostrarme el potencial que estas herramientas y un artículo de Addy Osmani lo que finalmente me convenció de darle una oportunidad.

Una semana de programar usando Gemini y 50 mil pesos de uso de Gemini fue todo lo que necesité para cambiar de opinión. No solamente los modelos habían mejorado mucho, también las herramientas lo hicieron. Programar en Dev/Plan mode de Cline no se parecía en nada al autocompletado estúpido de Copilot. Hice en una semana el triple de lo que normalmente hago, y sentía una sensación de euforia increíble por la alta productividad que tenía. Las siguientes semanas en el trabajo fueron una locura. Nunca he probado ninguna droga diferente al café, el alcohol o el azúcar, pero puedo decir que me sentía como si estuviera drogado. La sensación de la dopamine por terminar una tarea rápido, la cantidad de información que procesaba al día y el cansancio tan grande que tenía al terminar de trabajar no se puede describir de otra forma. Cuando me dí cuenta era yo quien estaba dando una charla de cómo sacarle el mayor provecho a Cursor en la empresa.

Pasé de hater a fan en menos de un mes. Ahora hago el triple de lo que hacía antes y confío en que la calidad de mi trabajo no ha disminuido con respecto al que hacía antes, no porque el modelo sea mejor (aunque lo es) sino porque lo uso de forma más adecuada.

No es que crea que las IAs son todo maravilloso y nada de problemas. Hay críticas aceptables desde el punto de vista creativo, de derechos de autor, desinformación y ambientales. No puedo decir que no los tengamos en cuenta, pero el beneficio que le trae a mi productividad hace que deje de lado estos problemas por ahora, que sé que como humanidad vamos a resolver de a poco. Hay que tener en cuenta que esto tiene apenas 3 años, pero está revolucionando tantos aspectos de nuestra vida que tenemos que ir descubriendo en qué las aceptamos y en qué no, pero creo que es algo que depende de cada persona